jueves, 16 de abril de 2009

Corazón de niña

Uno llega a un punto en la vida que ya no te dejan disfrutar porque se supone que eres "muy grande para hacer esas cosas de mocosos". Te miran raro si sales corriendo a que la lluvia te caiga, si te ríes con toda la fuerza, si te tiras al piso a pintar con las manos, si te gusta ponerte balerinas fuxias o celestes, si te haces dos colas o trenzas con ganchos de colores, si te cantas las canciones pop e infantiles, y un largo etcétera.

En cambio, si te vistes con blusas sobrias y pantalones de paño, si hablas en tono solemne y con palabras rebuscadas, si tienes un trabajo estable y te llevas bien con los jefes siendo eficiente, si te casas y tienes una familia adorable, eres una adulto maduro y emprendedor, digno de imitar y totalmente realizado.

Pero, ¿qué es la madurez? Para muchos es estabilidad, emocional o económica, dependiendo de los valores que primen en su vida. Para mí es conocerse uno mismo, con defectos y virtudes, sabiendo como reaccionarás (o al menos imaginando como) a distintas situaciones. Aceptándote y asumiéndote como persona con todos sus bemoles, porque sabes que puedes trabajar en ello sin desesperarte si ya no lo puedes cambiar.

¿Suena difícil? Sí, y lo es. Llegar a ese punto necesita golpes, alegrías y llantos, pero sobretodo determinación y valor para saber que haces quien eres. Antes yo me complicaba por cosas mínimas, ahora tengo una actitud un poco más tranquila ante las mismas situaciones. Como quien dice "Ya me estoy curtiendo". A veces me dan mis crisis (como les llamo a los momentos en que lo veo todo muy gris), pero he aprendido a superarlos y a dejar que sólo me afecten un día.

Con el tiempo aprendes a distinguir a quien contarle tus asuntos, porque sabes que la otra persona te puede apoyar o al menos hará que esboces una sonrisa que te llevara a otras. Considero que para ser feliz, palabra que va muy unida a mi concepto de madurez, uno debe conservar su corazón de niño. Jugar, gritar, cantar, sonreír, llorar un momento y seguir. Los niños lo ven todo simple porque son inocentes y lo observan desde su pequeña experiencia. Te lo dicen todo de manera sincera, aunque sea parte de su ilusión. Una frase que me agradó mucho es: No dejas de jugar porque te haces viejo, te haces viejo porque dejas de jugar. La tengo como lema. ¡Juega!

¿Tú conservas tu corazón de niño o te has vuelto una dama o señor de hierro? ¿Dejas que lleguen a ti o has puesto una barda que ni tú puedes saltar?

Juégale, apuéstale, ponle fe

Como ser parte de tener corazón de niño es divertirse, les dejo a uno de mis niños favoritos (junto con Mafalda, Enriqueta y Timmy Turner): Shin Chan ¡que no se calla nada!

Oyendo "Fluorescent adolescent" de Arctic Monkeys

martes, 14 de abril de 2009

El poema perdido

El otro día, buscando papeles necesarios para la universidad, encontré éste poema escrito el 1 de abril del 2007. Me pareció raro que no lo tenga recopilado con los demás ya que, aunque suelo escribir en cualquier lugar (una vez hasta arranqué hojas de la guía de teléfonos), sinceramente de éste poema había borrado pensamiento. Recuerdo el contexto y entiendo porqué es tan triste.

Vida mano

Mi vida es pequeña
pues entra en mi mano
ella tiene el poder
ya no soy yo

Miro el vacío a veces
mis oídos se llenan de agua
de indiferencia sutil
ese es el mundo

Los pequeños segundos de mi pequeña vida
no son brillantes ni memorables
son decadentes
inexistentes

Mi vida es tonta
tan prescindible
mi mano poderosa
debe acabarla

Sad

Qué frágil es mi felicidad
tán frágil como yo

Cuando el cielo se torna gris
las luces no entienden que hora es
Sentir así no es la cuestión
no distingo el corazón de la razón
todo ilusión
Quiero escapar
gris es todo lo que hay
quiero escapar
gris es todo
Siempre hay cosas para hacer
pero hoy todas me aburren
no distingo el corazón de la razón
todo ilusión
Quiero escapar
gris es todo lo que hay
quiero escapar
gris es todo
Quiero escapar
gris es todo lo que hay
Quiero escapar
gris es todo
gris es todo

miércoles, 8 de abril de 2009

Ojalá pudiera huír

Tengo tendencia a huir. Escapar de un lugar, situación o persona que no me agrada. Es algo cobarde, lo sé. Cuando las cosas no van de la forma que quisiera o como las pensé, lo primero que se me ocurre es dejarlo todo y salir corriendo. Soy una chica que se aburre de la rutina con facilidad, por ello al estar mucho tiempo en el mismo lugar o hacer las mismas cosas me estreso. Siento que la monotonía me alcanza y le tengo miedo a ser parte del sistema mecánico de la vida de otros, sin vivir la mía como la quiero vivir.

Desde pequeña he tenido mucha imaginación. Pensaba que de grande podría hacer lo que quisiera, que tendría tiempo (y porque no decirlo el dinero) para cantar, bailar, pintar, escribir, fotografiar y divertirme sin rendir cuentas a nadie. No es así, y en estos momentos, tengo que sujetarme fuerte para no emprender una maratón. Por estos días me siento atrapada por mi carrera, a la que llegue después de cambiar dos veces de universidad y opción (por cosas económicas y socioemocionales).

Si bien me apasiona, ahora he llegado a un punto en el que tengo que hacer cosas que no me agradan, la parte de la carrera que no me agrada. Ya casi termino y se viene la investigación, la famosa tesis. Por momentos me siento "obligada a" y no "motivada a". Me parece que todo lo que he hecho ha sido rápido y por satisfacer a mi padre. Desde que recuerdo he oído la frase "Ya me voy a morir" (tiene casi ochenta años) o "Llegaré a verte cumplir 15 años, a que entres a la universidad, que te gradúes, que te cases..." (poco probable porque no me llama la atención) y así, en cada etapa de mi vida me he visto forzada a hacer las cosas rápido porque en cualquier momento podía perderlo.

Cumplir con lo que se espera de mi hace que por momentos me sienta en un espiral de cosas que debo, sin dejarme tiempo para las que quiero. Es ahí cuando quiero huir. Me dicen que termine la carrera, que ya falta poco, pero para mi es eterno y falta mucho. Quisiera un año sabático, un tiempo para mi sin tener que cumplir cosas sino porque realmente quiero hacerlas. El tiempo y el dinero me limitan. Soy floja para trabajar (excepto en las cosas que me gustan, como los niños y la música), así que ya me ven sintiendo un suplicio tener que capacitar a personas, motivarlas sin yo misma tener la motivación.

Por ahora creo que me toca disimular un poco, cosa que no me agrada pues es justo eso lo que me hace huir también, ser honesta con mi incomodidad hacia algo. No me gusta engañarme.

Busqué "Ojalá pudiera huir" de Javiera Mena, pero no lo encontré. Por ello puse éste video que tambien refleja en parte como me siento.

Oyendo "No puedo estar" de Mariel

Puedo mostrar el lado divertido o salir del paso bailando rápido si se pone aburrido