miércoles, 30 de diciembre de 2009

Para estrenar cada día

Al parecer pasaré Año Nuevo con mi gata y la Luna llena que alumbra las noches limeñas por estos días. Tal vez a algunos les parezca triste o aburrido, pero para mí no. No 'celebro' Año Nuevo desde el 2004, por eso ya es casi tradición quedarme en casa.

Confieso que no creo en cábala alguna. Mis recuerdos de infancia en los que mis hermanas subían escaleras con plata en la mano y lentejas en los zapatos, se atoraban con las doce uvas o compraban su truza amarilla, no son mis favoritos. ¿Entonces qué hago yo en Año Nuevo? Me ducho, me lavo el cabello y procuro estar tranquila, aunque he notado que ello no me dura mucho.

Los años me han demostrado que lo que hagas en ese único y efímero instante del día no determina como te irá el resto del año. Cada día uno ve por sí mismo, adapta sus planes o los va creando en el camino (a pesar que a veces procrastinar me lleva de encuentro -esto amerita otro post-).

Lo que sí quiero para éste año sin estrenar que se avecina es aprender a valorar cada instante, sí, más aún que éste año en que aprendí a hacerlo un poco. A pesar de las muchas cosas que me pasaron, sé que es parte de crecer y madurar. Ya lo voy asumiendo así. Me olvidé muchas veces de mí y quiero cambiar eso.

El 2010 es para mí el inicio de una nueva década en la que tendré que afrontar más retos, conocer nuevas cosas, tal vez lugares y gente que no pensé conocer (así como ocurrió con Twitter éste año). En realidad nadie sabe que pasará y, como dice una película, "Lo único que puedes planear es ser sorprendido".

Sólo sé que éste año empezará con dos preguntas importantes para mí, porque al fin y al cabo uno vive con sí mismo toda su vida: ¿Qué mujer soy? ¿En qué mujer me quiero convertir? Ya empecé a ensayar las respuestas. Deseo sorprenderme de mí misma.

Oyendo "El camino" de Nicole

Yo seguiré el camino aunque tropiece y recuerde que te quiero conmigo en realidad

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Árboles

Las personas somos árboles. Así de simple. Al menos eso es lo que creo. Cada persona es sembrada en ésta vida, a veces con amor, otras de casualidad o fuimos planeadas en una estación del año. La semilla se instaló en la tierra y empezó a brotar. Alguien nos regó, tal vez la lluvia o una mano cálida, como fuere seguimos creciendo.

A medida que crecimos, las ramas fueron aumentando. Cada rama tenía una experiencia. Cada hoja que brotó, era un recuerdo. Las flores, si las tuvimos por temporadas, momentos especiales que queremos atesorar pero al final sólo queda la rama, la experiencia. Todo ello se nutre del tronco mayor. Ese que somos, ese que se nutrió a su vez de las hojas y ramas

Cada estación (que a veces no son las mismas que las típicas primavera, verano, otoño o invierno) hace que nosotros, el árbol, cambie según la etapa en la que estamos, demostrando así que cada uno tiene su tiempo.

Pasada la "primavera" de la etapa, en que todo floreció y era propicia para guardar muchos recuerdos, llega el "verano", cálido, brillante y dispuesto a llenarnos de energía, pero a veces los recuerdos no sobreviven y caen en "otoño". Luego, el árbol espera a que nazcan nuevas hojas y flores después del "invierno", en la nueva "primavera".

Podemos crecer y renacer muchas veces en la vida según lo que nos ocurra, según la etapa que atravesamos. Incluso a veces necesitamos talar un poco el árbol para realmente lograr un cambio en nosotros. Sin embargo, siempre queda el tronco mayor, ese que hace que no perdamos lo que somos. Nuestra esencia.

Ahora sacudo mi árbol para que los recuerdos de ésta etapa caigan de una vez, o quizá el tiempo se encargue de llevárselos cuando crea conveniente. Veremos que hace el señor tiempo con mis hojas y dónde las lleva.

Oyendo "Medium" de Gustavo Cerati
Pude desaparecer, pude decir que no, pero el fin de la pasión es que lo oculto se vea

martes, 17 de noviembre de 2009

Hemos abierto los ojos (010503)

Aún soñolienta, porque era de madrugada, exactamente cinco y media, Sara se dirigió a la ducha en busca de un alivio a sus tribulaciones y la pereza que invadía todo su cuerpo y mente. Entró al baño. Hacía mucho frío, encendió la luz y el radio. ¿Música clásica?, bueno esta pieza de Chopin me agrada, además sólo lo tendré encendido antes de entrar a la ducha. Se desnudó con calma, como siempre hacía las cosas. Colocó su toalla, jabón y bata donde siempre. Se aplicó el gel facial para piel grasa, apagó el radio y se introdujo en la ducha. Se lavó el cabello, largo y ondulado, con el shampoo recomendado por su estilista, lo enjuagó y continuó con el reacondicionador, mientras se lavaba el cuerpo. Pero oyó un ruido, mejor dicho varios ruidos.

Sonidos conocidos, almacenados en su mente, pero que no deberían escucharse a esa hora ni en ese lugar. Gritos, autos encendidos, cláxones, aves. Todos los ruidos posibles mezclados en varios segundos de angustia. Los gritos eran de niños, de adultos de ancianos. Eran de alegría, desesperación y pena. Sara se enjuagó rápidamente el cabello. Cerró la ducha y apagó la terma. Se puso la toalla en el cabello y se vistió con la bata. Salió del baño. ¿Abuela?, llamó. ¿Susana?, dijo mientras tocaba la puerta del cuarto de su hermana mayor. La abrió y no estaba. La cama estaba hecha y todo parecía estar en orden, como si no hubiera estado allí hace mucho tiempo, aunque Sara sabía que su hermana regresaba de trabajar tarde y a veces la veía sólo los fines de semana. Se respiraba un aire frío y húmedo, típico de Lima y ella no lograba comprender. Bajó a buscar a sus padres. Mientras lo hacía, el eco producido por sus pasos que era amplificado por el profundo silencio, la asustaba. Encontró la misma escena del cuarto de su hermana.

Miró a la calle, todo en silencio. Encendió la televisión y esperó. Pasaron diez minutos y el televisor no captaba ningún canal, todos estaban en estática. Sara comenzó a impacientarse, ya eran las seis y media, y tenía que ir a la universidad. Apagó el televisor y encendió el radio. Música, música y más música. Todas las emisoras que lograba captar tocaban música clásica, no había voces ni cantos, sólo música. Llamó al celular de su hermana y éste comenzó a sonar, estaba dentro de la casa.

Comenzó a llamar a sus amigos, a sus tíos, a las radios, las televisoras. Por último cogió la guía de teléfono. Nada. Sólo timbraba hasta que se cortaba la llamada. Tomó una decisión. Buscó una maleta y llenó en ella toda la ropa necesaria para cinco días. Su corazón, exaltado, latía cada vez más fuerte. Abrió la refrigeradora, sacó el jamón y el queso. Buscó panes y se hizo la mayor cantidad de sándwiches que pudo. No demasiados porque podrían pudrirse, pensó. Llenó agua en una botella y leche caliente en un termo. Cogió las llaves y salió de casa sin rumbo fijo, pero decidida a no parar hasta encontrar a otro ser humano.

¿Estoy sola?, pensó Sara, mientras caminaba por una pista larga que la llevaba al centro de la cuidad. Cada cierto tramo, se detenía a tocar la puerta de una de las casas o edificios que veía, pero nadie atendía a su llamado. Según su reloj eran las cuatro de la tarde. La hora de almorzar había pasado, pero no se detuvo. Sacó un pan y lo masticó sin entusiasmo. Continuó su recorrido hasta que se oscureció. Busco una casa que tuviera un jardín grande y en él se recostó. Estaba cansada, había caminado todo el día sin ver a otro ser humano y se sentía muy triste. Con esa tristeza que carcome el corazón, que es tan honda que ni siquiera deseas llorar por el dolor que te produce. Se tendió mirando al cielo. Felizmente en esta época del año no hace tanto frío de noche, dijo, mientras se cubría con la frazada gruesa que llevó por si acaso.

Su sueño fue profundo. Estaba tan cansada que se durmió hasta las diez. Al despertar y ver la hora, se desperezó y comió otro pan, tomó algo de leche y siguió caminando. Prendió su walkman para sentirse acompañada por la música, aunque la clásica no era su favorita, pero al intentar oír los cassettes y cd´s, no escuchó más que ruidos distorsionados y prefirió dejarlos, también porque sus pilas se gastarían de inmediato. Su rostro sin maquillaje era igual de armonioso. Tenía unos ojos místicos, como si hubiera nacido en el Oriente, con pestañas largas y abundantes, pero era limeñísima. Sus labios eran serios pero siempre dispuestos a esbozar una sonrisa.

Delgada, alta y agraciada, Sara era un ángel. Era de esas personas que hacen todo por los demás sin esperar recompensa. Sólo tenía un problema. A veces le daban unos ataques existenciales en los que sentía que en el mundo no era indispensable. Que si desaparecía, no lloraría ni el perico del vecino por su ausencia. Se sentía no querida ni apreciada porque no había quien la abrace ni le diga “te amo”. Ese era su problema, se sentía sola. Y cuando comenzaba ponerse así no había palabra que la animase ni gente que la alegrase. Nada. Era imposible.

Aquel día en que se inició todo, había comenzado a sentirse así y ahora estaba realmente sola. Mientras caminaba sin rumbo claro se preguntaba ¿por qué yo? Así pasaron varios días, ocupándose en unos jardines, durmiendo en otros. Tocando puertas incansablemente, gastando el agua y la leche para beber, sacando el agua de algunas casas con caño hacia afuera para lavarse, porque no soportaba estar sucia. Hasta que se acabó la comida que tenía.

Comenzó a sentirse miserable. Absurda. Tonta. Inexistente, porque si no tenía con quien hablar, ¿para qué vivir?, meditaba. Miró a su alrededor. Nada. Nada. Ni un ser humano, ave, perro o algún ser vivo además de ella. Había llegado a un puente. Se sentó en el borde y lloró. Lloró por horas sin querer detenerse hasta morir seca y sin lágrimas, No sabía exactamente cuanto tiempo había estado sin comer, dos o tres días, cuando despertó.

Le dolía el estómago y se lamentó de no haber muerto dormida, porque ahora tendría que terminar con su vida. Se lavó la cara con los últimos mililitros de agua que logró sacar de un caño de jardín. Se apoyó en la baranda del puente y miró hacia abajo. Vértigo. ¿Arrepentimiento?, nunca. Quiso llorar pero ya no tenía lágrimas, Es mejor, dijo. Apoyada en un poste logró subir y sentarse en la baranda. Cerró los ojos y se encomendó a Dios pidiendo perdón por lo que haría.

Por última vez vio el mundo, pero esta vez notó algo diferente. A lo lejos distinguió una figura que se movía, parecía ser un humano. Despacio, bajó del borde del puente. Dios, estoy alucinando, debe ser el calor. Pero la figura se vislumbraba cada vez más clara y humana. Era un hombre. Sara caminó hacia él hasta que logró distinguir sus rasgos. Era alto, de cabellos negros y con rizos. Ojos enormes y brillantes. Vio en ellos la desolación y el cansancio que debían tener los suyos. Es simpático, pensó, Me parece haberlo visto antes, pero...

Se detuvo. Él la miraba como preguntándose lo mismo. La conozco, pero de dónde y hace cuánto. Sintió un impulso y comenzó a caminar más rápido. Sara hizo lo mismo. Ese caminar se convirtió en trote y luego corrieron ambos. Uno al encuentro del otro, como si un imán fuertísimo los atrajera. Se abrazaron en un sueño eterno. ¿Quién eres?, preguntó Sara. La única respuesta fue un beso. Un beso largo y pausado, el que Sara no deseaba terminar. Él no respondió con un nombre sino que dijo las palabras que Sara siempre deseaba oír, Te amo, dijo con convicción el desconocido y Sara rompió a llorar. Él la besó nuevamente para calmar su llanto.

Mientras lo hacía comenzó a oír ruidos, ruidos que le parecían lejanos y ajenos, pero que estaban produciéndose a unos metros de ellos. Sara abrió los ojos y vio que había gente, tráfico, aves, perros. Todo estaba allí de nuevo. Miró al desconocido y comenzó a reír a carcajadas fuertes y llenas de alegría. La gente que pasaba por el puente la miraba extrañada. Debe estar loca. Le pidió matrimonio. ¿Estará embarazada?, comentaban al pasar. Todo está como antes, dijo Sara al desconocido. Él respondió, Sólo hemos abierto los ojos, estábamos lejos pero nos veíamos en sueños. Ahora que nos encontramos, todo es real y nunca los volveré a cerrar porque no quiero dejar de verte. Si no desaparecían ellos no te hubiese encontrado y ya no estaría aquí, respondió Sara.

Oyendo "Perdonar es divino" de Gustavo Cerati

A mí me es fácil olvidar, tal vez puedas perdonar

jueves, 16 de abril de 2009

Corazón de niña

Uno llega a un punto en la vida que ya no te dejan disfrutar porque se supone que eres "muy grande para hacer esas cosas de mocosos". Te miran raro si sales corriendo a que la lluvia te caiga, si te ríes con toda la fuerza, si te tiras al piso a pintar con las manos, si te gusta ponerte balerinas fuxias o celestes, si te haces dos colas o trenzas con ganchos de colores, si te cantas las canciones pop e infantiles, y un largo etcétera.

En cambio, si te vistes con blusas sobrias y pantalones de paño, si hablas en tono solemne y con palabras rebuscadas, si tienes un trabajo estable y te llevas bien con los jefes siendo eficiente, si te casas y tienes una familia adorable, eres una adulto maduro y emprendedor, digno de imitar y totalmente realizado.

Pero, ¿qué es la madurez? Para muchos es estabilidad, emocional o económica, dependiendo de los valores que primen en su vida. Para mí es conocerse uno mismo, con defectos y virtudes, sabiendo como reaccionarás (o al menos imaginando como) a distintas situaciones. Aceptándote y asumiéndote como persona con todos sus bemoles, porque sabes que puedes trabajar en ello sin desesperarte si ya no lo puedes cambiar.

¿Suena difícil? Sí, y lo es. Llegar a ese punto necesita golpes, alegrías y llantos, pero sobretodo determinación y valor para saber que haces quien eres. Antes yo me complicaba por cosas mínimas, ahora tengo una actitud un poco más tranquila ante las mismas situaciones. Como quien dice "Ya me estoy curtiendo". A veces me dan mis crisis (como les llamo a los momentos en que lo veo todo muy gris), pero he aprendido a superarlos y a dejar que sólo me afecten un día.

Con el tiempo aprendes a distinguir a quien contarle tus asuntos, porque sabes que la otra persona te puede apoyar o al menos hará que esboces una sonrisa que te llevara a otras. Considero que para ser feliz, palabra que va muy unida a mi concepto de madurez, uno debe conservar su corazón de niño. Jugar, gritar, cantar, sonreír, llorar un momento y seguir. Los niños lo ven todo simple porque son inocentes y lo observan desde su pequeña experiencia. Te lo dicen todo de manera sincera, aunque sea parte de su ilusión. Una frase que me agradó mucho es: No dejas de jugar porque te haces viejo, te haces viejo porque dejas de jugar. La tengo como lema. ¡Juega!

¿Tú conservas tu corazón de niño o te has vuelto una dama o señor de hierro? ¿Dejas que lleguen a ti o has puesto una barda que ni tú puedes saltar?

Juégale, apuéstale, ponle fe

Como ser parte de tener corazón de niño es divertirse, les dejo a uno de mis niños favoritos (junto con Mafalda, Enriqueta y Timmy Turner): Shin Chan ¡que no se calla nada!

Oyendo "Fluorescent adolescent" de Arctic Monkeys

martes, 14 de abril de 2009

El poema perdido

El otro día, buscando papeles necesarios para la universidad, encontré éste poema escrito el 1 de abril del 2007. Me pareció raro que no lo tenga recopilado con los demás ya que, aunque suelo escribir en cualquier lugar (una vez hasta arranqué hojas de la guía de teléfonos), sinceramente de éste poema había borrado pensamiento. Recuerdo el contexto y entiendo porqué es tan triste.

Vida mano

Mi vida es pequeña
pues entra en mi mano
ella tiene el poder
ya no soy yo

Miro el vacío a veces
mis oídos se llenan de agua
de indiferencia sutil
ese es el mundo

Los pequeños segundos de mi pequeña vida
no son brillantes ni memorables
son decadentes
inexistentes

Mi vida es tonta
tan prescindible
mi mano poderosa
debe acabarla

Sad

Qué frágil es mi felicidad
tán frágil como yo

Cuando el cielo se torna gris
las luces no entienden que hora es
Sentir así no es la cuestión
no distingo el corazón de la razón
todo ilusión
Quiero escapar
gris es todo lo que hay
quiero escapar
gris es todo
Siempre hay cosas para hacer
pero hoy todas me aburren
no distingo el corazón de la razón
todo ilusión
Quiero escapar
gris es todo lo que hay
quiero escapar
gris es todo
Quiero escapar
gris es todo lo que hay
Quiero escapar
gris es todo
gris es todo

miércoles, 8 de abril de 2009

Ojalá pudiera huír

Tengo tendencia a huir. Escapar de un lugar, situación o persona que no me agrada. Es algo cobarde, lo sé. Cuando las cosas no van de la forma que quisiera o como las pensé, lo primero que se me ocurre es dejarlo todo y salir corriendo. Soy una chica que se aburre de la rutina con facilidad, por ello al estar mucho tiempo en el mismo lugar o hacer las mismas cosas me estreso. Siento que la monotonía me alcanza y le tengo miedo a ser parte del sistema mecánico de la vida de otros, sin vivir la mía como la quiero vivir.

Desde pequeña he tenido mucha imaginación. Pensaba que de grande podría hacer lo que quisiera, que tendría tiempo (y porque no decirlo el dinero) para cantar, bailar, pintar, escribir, fotografiar y divertirme sin rendir cuentas a nadie. No es así, y en estos momentos, tengo que sujetarme fuerte para no emprender una maratón. Por estos días me siento atrapada por mi carrera, a la que llegue después de cambiar dos veces de universidad y opción (por cosas económicas y socioemocionales).

Si bien me apasiona, ahora he llegado a un punto en el que tengo que hacer cosas que no me agradan, la parte de la carrera que no me agrada. Ya casi termino y se viene la investigación, la famosa tesis. Por momentos me siento "obligada a" y no "motivada a". Me parece que todo lo que he hecho ha sido rápido y por satisfacer a mi padre. Desde que recuerdo he oído la frase "Ya me voy a morir" (tiene casi ochenta años) o "Llegaré a verte cumplir 15 años, a que entres a la universidad, que te gradúes, que te cases..." (poco probable porque no me llama la atención) y así, en cada etapa de mi vida me he visto forzada a hacer las cosas rápido porque en cualquier momento podía perderlo.

Cumplir con lo que se espera de mi hace que por momentos me sienta en un espiral de cosas que debo, sin dejarme tiempo para las que quiero. Es ahí cuando quiero huir. Me dicen que termine la carrera, que ya falta poco, pero para mi es eterno y falta mucho. Quisiera un año sabático, un tiempo para mi sin tener que cumplir cosas sino porque realmente quiero hacerlas. El tiempo y el dinero me limitan. Soy floja para trabajar (excepto en las cosas que me gustan, como los niños y la música), así que ya me ven sintiendo un suplicio tener que capacitar a personas, motivarlas sin yo misma tener la motivación.

Por ahora creo que me toca disimular un poco, cosa que no me agrada pues es justo eso lo que me hace huir también, ser honesta con mi incomodidad hacia algo. No me gusta engañarme.

Busqué "Ojalá pudiera huir" de Javiera Mena, pero no lo encontré. Por ello puse éste video que tambien refleja en parte como me siento.

Oyendo "No puedo estar" de Mariel

Puedo mostrar el lado divertido o salir del paso bailando rápido si se pone aburrido

domingo, 29 de marzo de 2009

Cuando lo "normal" no es precisamente lo que quiero

En las últimas tres reuniones familiares mi prima de 25 años ha llevado a su novio. Desde la primera vez noté la mezcla de orgullo y alegría de mi tía cada vez que se refería a su yerno. La primera pregunta que asaltó mi mente fue: ¿Cuánto tiempo llevará con éste chico? Porque como para meterlo a la reunión familiar mensual (que es un acontecimiento íntimo, por eso es "familiar"), ya mi prima debe pensar en "algo más serio" con el chico en cuestión.
En ellas es común. Mi tía tiene vocación de Celestina y le fascina preguntarnos a mi hermana y a mí, cada vez que puede, esa pregunta algo fastidiosa para algunas (y porque no algunos), la cual ya hemos aprendido a ignorar porque sabemos que ella es así: Y tú, ¿para cuando lo traes? Las primeras veces jodía, para que lo voy a negar, ya que justo acababa de terminar con mi enamorado y hacía que la herida se abra un poco, pero luego ni caso le hacía. Tal vez porque eso del matrimonio y los novios no es algo que ahora me quite el sueño.
De chica, como casi todas creo, me desvivía deseando que el niño que me gustaba en el nido sea mi novio. Hasta llegué a decirle a mi mamá que me casaría con él cuando tuviera 14 años, edad lejana si tienes 4 años y crees que los adultos simplemente crecen y al toque se casan. De ésto no tengo mayor garantía de recuerdo más que la memoria de mi madre. Ella nunca me inculcó eso de "Te tienes que casar de blanco" o el "Si no te casas antes de los 25, ya nadie te va a querer" que he oído a otras madres. Simplemente me dejó crecer con mis ideales y sueños, muchas veces copiados de las novelas a las que me prendía de niña, donde los protagonistas se conocían y a los pocos días ya se juraban amor eterno.
Me la creí por un tiempo. Creí que conocías a un chico y ya todo ocurría mágicamente, pero no. Luego de muchas decepciones, algunas de ellas muy fuertes, comprendí que eso de las coincidencias es más difícil de lo que parece. Comprendí también que las relaciones que había establecido no eran las más sanas y como quien dice he ido aprendiendo por ensayo y error. Así que se dio un cambio, un cambio importante: Aprendí a estar conmigo.
Una vez que aprendes a estar contigo, a quererte, a odiarte, a aceptarte, de alguna forma lo haces con los demás. Con sus defectos y virtudes, así como a ti. He notado que mucha gente se "empareja" para no hacerse cargo de sí misma. Se tiene miedo. Miedo a la persona con la que vivirá toda su vida. Tal vez cuando se dé cuenta ya le hayan roto el corazón varias veces y no comprenda cómo no notó esto antes. El "Tienes que estar con alguien" me atormenta menos que nunca ahora. La gente que cree que estar en pareja es lo "normal" tal vez no saben vivir consigo mismo, no se enfrentan.
Ojo, no digo que esté en contra del matrimonio y los novios, pero sólo si te quieres y conoces puedes mantener una relación sana con otra persona. Si la otra persona no sabe ésto, a lo mejor se lo enseñas, pero mejor sería que lo comprenda por sí misma. Ya pasada cierta edad, las personas han tenido muchos golpes y/o alegrías que los han hecho entender, pero otras se desesperan porque se les pasa la combi. ¿Estás seguro que estás listo para compartir tus días con otra persona, si aún no puedes compartirlos contigo?
Ésta chica creo que está algo desesperada...

Pero si descubres tu poder interior, aprendes a estar contigo...


Oyendo "Shut up and let me go" de The Tin Tings

sábado, 7 de marzo de 2009

Descubrimientos: Nena Daconte

Nena Daconte es un dúo español formado por Mai Meneses (Ex "Operación Triunfo") y Kim Fanlo. Encontré éste grupo de casualidad, revisando un post de una conocida blogger. La chica tiene gracia, una voz de esas que te llaman. Ha sido comparada con Ana Torroja de Mecano, pero creo que cada una tiene su estilo. El de Mai es más juguetón y juvenil.

Lo que me ha gustado más aún son las letras: Frescas, directas y con mucha verdad. Hablan de relaciones de pareja, de la soledad y la juventud. Me han encantado tanto que me bajé ya casi todos sus temas de los dos discos que tienen: He perdido mis zapatos (2006) y Retales de Carnaval (2008), de donde saco la canción que les dejo por ahora:

martes, 24 de febrero de 2009

Reactualización 2

A una semana de volver a clases me pongo a actualizar mi blog. Las cosas han cambiado y mucho luego del último post. He decidido que mi blog sea público (después de una pequeña lucha interna jajaja). Antes no lo quería así ya que fungía de diario personal, pero me llegó. Desde hoy comentaré sobre mí y sobre todo. Si quieres lo lees, si no cierras la ventana.

Dejé los post antiguos porque me parece más honesto conmigo misma. Me recuerdan como pensaba hace unos meses y me ayudan a darme cuenta que he crecido, que he cambiado.

Agregué los poemas que escribí hace algunos años. Pronto haré lo propio con los cuentos. Este proceso demora pues no puedo copiarlos desde Word y los debo tipear. Reitero, son un recordatorio de como no deseo volver a ser.

Veré que más se me ocurre y me ocurre. Espero no abandonarlo muy rápido o al menos por mucho tiempo. ¡Aquí voy!

Oyendo "Escándalo" de Raphael

Y en el 2006

Abisal
Soy una pluma blanca
sin libre albedrío
¿sabías que las plumas lloran?
hoy caí en un charco

Ahora mis días son grises
me adapto a no sonreír
y aunque era parte mía
el capítulo parece extraño

Estoy en el fondo del mar
tan hondo que no me veo
la cresta de la ola está lejos
la sangre, ésta vez, no iluminará mi día

No ser, no vida
Hoy es el último día de mi vida
la vacuidad llenó mi interior.
La sal escuece más que nunca la herida diabética
y mis ojos, secos de llorar, se rehúsan a abrirse a la pesadilla

Recostada en mi cama pienso, cansada de pensar, que esto no es vida.
Cada mañana le cuesta más a mi cuerpo dejar ésta levedad que aborrece.
El no ser, el sólo no ser, sin embargo sigo siendo
y, aunque mis ojos se abran, ya no estoy en ellos.

Cada suspiro es una señal que nadie quiere percibir.
Cada mirada al vacío es una invitación al no estar.
Cuando desaparezca, toda mi no vida comprobará
lo prescindible que es.

Panacea
No estoy aquí.
Tú sonríes,
yo no encuentro mi sonrisa.
Tú lloras,
yo estoy hastiada de llorar.

No estoy porque no me piensas.
No estoy, no soy.
Vacío, vacío.

Si esto es vivir,
yo estoy muerta
¿o estoy dormida?
Despiértame cuando encuentre la cura
que hoy no puedo ser.

Hoy no soy.
Nunca fui.
Nunca seré.
Cansancio, monotonía.
Without motivation.
Nada,
nada,
nada...

A
Tengo miedo
a respirar
a ahogarme
a la soledad
a la compañía vacía
a morir sin amor
a morir de amor
al fuego
al frío invernal
a que me olvides
a que sólo recuerdes mis defectos
a que no me mires
a que no me hables
a desvanecerme
a existir sin ser
a ser prescindible
a que me conozcas de verdad
a que sepas mis mentiras
a no ver los ojos de mis hijos
a no verme en mis ojos
a llorar en vano
a reír por compromiso
a no encontrarte
a no encontrarnos
a la felicidad perfecta
a mis impulsos
a mis golpes
a mis crisis
a desaparecer
a vivir...

Escape
Pica como araña
cuélgame de la viga
empújame del techo
arranca mi piel
clávame el puñal
presiona el gatillo
echa el veneno
déjame en la pista
corta mi muñeca
enciende el fuego
abre el gas
estrella el auto
húndeme en la piscina
sofócame con la almohada
rompe mi cuello
abandóname en el bosque
naufraga el bote
sólo ayúdame a escapar

Necesidad
Te necesito
aunque no me prestes atención
aunque no me mires a los ojos
aunque no recuerdes lo que te digo
aunque no me abraces
aunque no me tomes de la mano
aunque no entiendas mi tristeza
aunque no entiendas los mensajes
aunque no me beses

Necesito
que respiremos el mismo aire
que me mires de otra forma
que me engrías
que me digas que soy bonita
que me digas que existo
que me digas que eres verdad y tu voz también
que tus silencios me lo digan sin decir
que me necesites

Sad
Quedarme así... despabilada,
descosida
es mi gran sueño.
Paralizarme, dormir.

Hace tanto que no me sentía así
que ya había olvidado como es.

Un minuto... sólo uno
eterno
es mi mayor deseo.
Detenerme siempre.

Sabía que todo esto no me llevaría a nada
pero soy tan estúpidamente ilusa.

No existo... para ti
para nadie
I'm deeply sad
¿Cómo me detengo?

Es tan horrible toda esta desesperanza.
Ya me cansé de sonreír hipócrita.

Dormir... eso sería bueno
nadie notaría
mi ausencia
creo que ni yo

2
Mi faz es suave
pero no quieres tocarla
mis ojos son profundos
pero no quieres mirarlos
mis manos son delicadas
pero no las quieres tomar

Van varios días perdidos
tanto tiempo esperando
que te enteres que existo
que tu voz es anodina
que me mires fijo a los ojos

No quiero perder más segundos
dejar de ver tus palabras
desconocer más de tus momentos
cesar de oírte en el viento
sólo quiero perderme en tus versos

En el 2005 volvió la inspiración

Hoy
Hoy no romperé tu corazón
hoy no derretirás mi sonrisa
hoy no seré tu musa
hoy no gritare el silencio
hoy no opacaré al Sol
hoy no atenderé la voz
hoy no te sonreiré
hoy no me mirarás
hoy no me vestiré de blanco
hoy no miraré el cielo
hoy no rasgaré las hojas
Hoy no me tiraré al piso
hoy no callaré mi alma
hoy no armaré un escudo
hoy no buscaré tu luz
hoy no inspiraré confianza
hoy no formaré conceptos
hoy no dormiré entre rosas
hoy no beberé del néctar
hoy no me pensarás
hoy no existiré
hoy no, hoy y nunca no.
Teatro
Tu mano dormida en terciopelo azul
mi voz callada, tu voz exhausta
bajo la niebla de un sueño
se despliega mi Luna
un poco salvaje, estridente, argentina
El comentario del mudo da pie a la duda
la mirada cerrada, la caída del sueño
la supernova agoniza
estalla el silencio
sin gracia se desvía la vida perdida
Mi mano suspendida en una danza inútil
tu voz callada, mi voz exhausta
mi faz borrosa en caída
se cierra otra historia
algo incoherente, humana, dormida.
Contrariedad
No entiendes nada
y yo no intento explicarte todo.
¿Cuándo caerá el telón de tus ojos?
¿Cuándo abrirás las puertas de tu alma
para mí?
Te cierras a todo
y yo no intento abrir nada.
¿Cuándo mirarás en mis ojos café?
¿Cuándo sonreirás a una vida mejor
junto a mí?
No escucho todo
y tú no tratas de decir nada.
Nunca dirás lo que quiero oír.
Nunca veras lo que quiero que veas
a mí
Mirada dormida
La claridad constante de las mañanas
comienzo a notar la luz en tus ojos
la Luna nívea en tu mirar de niño
Mas no son para mí esas luces
no son para mí esas palabras
no son para mí esas caricias
Un ángel para muchos
la mirada dormida
tristeza para mí
Lamentaciones
rechazo
penas
Dolor
Un cilicio duele menos
un puñal duele menos
un cardenal duela menos
si mi corazón duerme sobre espinas
¿Qué será una vena sangrante?
¿qué será una soga en el cuello?
¿qué será una ortiga en la mano?
si mis pies caminan sobre fuego
Mi mente duele más
la pérdida duele más
la soledad duele más
si ésta vida está llena de dudas
Hasta que mi piel reviente
hasta que mis ojos se sequen
hasta que mi boca se cierre
todo me dolerá menos.
Nadie
Nadie leerá las señales de mi fin
nadie notará que mis pies están torcidos
que ya no miro al cielo
que ya no suspiro por ver la noche
Nadie verá el puñal en mí
nadie se extrañará de mi ausencia
que mi risa estridente
ya no opaque al silencio
Con las uñas largas de furia
me arrancaré un pedazo de dolor con dolor
debiste coger mis manos
para que no me hiciera daño
Esto
Me quemaré las manos
para no tocarte
me sacaré los ojos
para no mirarte
me arrancaré la lengua
para no hablar de ti
pero, ¿quién sacará esto de mí?
Esto que mata y da vida
esto que corta y gratifica
esto que crea y destruye
esto hedonístico y estoico
esto que asfixia mi ser
esto que presiona mi pecho
esto que siempre deseé
Déjame
Déjame
me haces más daño del que crees
tus manos escuecen mi piel
tu palabras martillean mis oídos
tu mirada traspasa mi alma
y aún así no ves lo que tengo
¡Déjame!
abrir los ojos a la verdad duele tanto
nunca me verás como yo a ti
nunca llorarás por mi partida
ayer que estuviste triste no miraste mis ojos
hoy no tendrás oportunidad. No estoy
Triada
Ausencia
de mí y de los otros
que no me sonríen como antes
que están hartos de mí
como yo de la ausencia
Cobardía
de despertar a lo imposible
de no importarte mi suspiro
de desinteresarte mi faz
igual que intentar no pensarte
Desesperanza
al pensar en el futuro
que no imagino en soledad
que no deseo avizorar
de esperar lo inesperado

sábado, 21 de febrero de 2009

Los años poco productivos (2001-2003)

Alguien
Discutir
a donde van las palabras
cuando distorsionas tu voz.
Repetir
discursos preparados
para un amor civilizado.

Alguien lloró del otro lado del mundo.
Alguien apoya mi opinión.

Revelar
el secreto, sonrisas
víctimas del amor.
Tomar
la curva en declive
con calma.

Alguien votó una lagrima que rodó.
Alguien soltó el grito mudo del amor.

Guardar
palabras negras
para días negros.
Buscar
una soga
para ahorcar mi soledad.

Imaginar
que nadie llorará jamás.
Idealizar
que no me atormentas más, jamás.

Quien
¿Quién me aniquilará?
¿quién me acabará?

Quien sino yo
que tengo la fuerza.
Quien sino yo
que tengo el deseo.

¿Quién me salvará?
¿Quién me ayudará
a no hundirme?

¿Quién vendrá a reconstruirme?

Los cajones
El cuerpo son tres cajones.

El cajón de arriba
esconde pensamientos e irrealidades
cobija mentes brillantes y sueños dormidos
protege entes perdidos y contrariedades

En el centro existe
un desborde de pasiones. mecanismos chilindrosos
y un pequeño cajón rojo que esconde un tesoro
sin valor ni fama y sólo conocido
cuando tiene una voz revoloteando en él

El cajón de abajo
no expulsa palabras
no piensa ni razona
sólo sostiene el mundo
que se encierra en tu persona

Cuadro
Un gran cuadro constituye
mi mente asolapada

Es una noche estrellada
una casa y un gran campo
como un cuadro de Dalí

Las estrellas y la Luna
coronan mis pensamientos.
La casa, con luz brillante,
opaca mis sentimientos.
El gran campo idealizado
aquello que yo no soy.

La noche tiene mis sueños.
La casa mis recuerdos.
El campo oculta mis miedos.

Ese cuadro bizarro no soy yo,
es mi mundo.

Tumiyá
Tu nombre brilla entre mis labios
mis manos aprietan tu corazón entre ellas

Ya no vienes, ya no me buscas.
Siempre a ojos cerrados te busco

Tu mano quema entre mis trenzas
mi mente se apoya, cavilante, en tu hombro

Un sueño triste, desdentado
con ojos fojos a tu iris, te miro

Tu boca se cierra clausurando la mía
mi faro suelta una gota de sal, la ve caer

Ya no me mires ni me busques
mis labios se abren y no puedo evitar
que mi confesión escape susurrando

viernes, 13 de febrero de 2009

Líneas perdidas del año 2000

Soledad
Te quería soledad
pero ahora no te entiendo
Estas allí, sin hablar
pero oigo tus murmullos

Golpean mis ventanas
queriendo entrar de nuevo
Ahora tengo un escudo
ahora no hay murmullos...
tormentos, dolores

Tu sombra me acompaña
pero tras de mí no la veo
el escudo me protege
el escudo tiene un nombre...
de fe, de hombre

Yo te quise soledad
no te siento, mas te veo
intentando nuevamente
entrar en mí.

Tu en mí
Tu voz estaba mezclada con muchas otras

mas yo he logrado separarla y ponerla en mí.
Antes de ti no veía.
Antes de ti no soñaba.
Ahora sueño más que nunca y más que nadie.

Tus palabras son gotas de ánimo
en un vaso ahora repleto.
Son cristales que reflejan mi vida.
Son olas que llegan a mi orilla.
y, cobardes, no desean volver al mar

Pon algo más de ti en mí
y borrarás mi soledad.
Dame tus suspiros.
Dame tus respiros
que no volverás a ser el mismo sin mí en ti

¿Dónde?
Hoy es hoy
y como siempre no estoy aquí

¿Dónde estará mi cuerpo vacío?
¿donde estará mi pensamiento necio
y mis pasos perdidos?

Tal vez sobre una nube escarlata y azul
en la bóveda etérea
tal vez en una roca blanca, salada y diáfana
en el lado sin limites

Tal vez estoy sólo en ti
tan deletéreo y mustio
Tal vez sólo en ti
tan menguado y zafio

Hoy es hoy
y como siempre no estás aquí

¿Dónde estará tu mente abstrusa?
¿dónde estará tu caminar pausado?
Tal vez junto a mí

Diles
Dile al Sol que no salga
pues sus rayos derretirían
el amor que queda en mí
¡es tan poco!

Dile a la Luna que me energize
para sobrevivir a tu lado
con tu espíritu áptero
que jamas llegara al cielo.

Dile al agua que limpie mi vacuidad
interior sin fe, sin aire
interior de argento
por mi excesivo panfilismo

Dile al aire que venga
para limpiar mis venas
de tu amor misógino
¡era tanto!

Suposiciones
Tal vez mi alma se rompa
con la sola caída de tu aliento en mí

Un roce tuyo
puede congelar mi corazón
cubrirlo de una coraza irrompible
de plata y piedra

Tal vez mis pies se rompan
con tus fríos pensamientos lejos de mí

Una mirada tuya
puede arrojar mi mente al vacío
en un campo de rosas carmesí,
de girasoles de oro y tierra

Tal vez la vida no quiera
que la pasemos juntos entera.

Quisiera morir
Quisiera saber que se siente morir

Pero antes de saberlo
quisiera que al caminar por el bosque
las hadas no volteen a verme extrañadas

Quisiera respirar
un aire virginal
de besos de coral

Quisiera saber que se siente ser

Pero antes de saberlo
quisiera mirar hacia atras por mil años
y ver las huellas que no dejé

Quisiera sentir
más palomas en mis manos
realizar las verdades que proclamo

Quisiera morir pero antes ser