miércoles, 30 de diciembre de 2009

Para estrenar cada día

Al parecer pasaré Año Nuevo con mi gata y la Luna llena que alumbra las noches limeñas por estos días. Tal vez a algunos les parezca triste o aburrido, pero para mí no. No 'celebro' Año Nuevo desde el 2004, por eso ya es casi tradición quedarme en casa.

Confieso que no creo en cábala alguna. Mis recuerdos de infancia en los que mis hermanas subían escaleras con plata en la mano y lentejas en los zapatos, se atoraban con las doce uvas o compraban su truza amarilla, no son mis favoritos. ¿Entonces qué hago yo en Año Nuevo? Me ducho, me lavo el cabello y procuro estar tranquila, aunque he notado que ello no me dura mucho.

Los años me han demostrado que lo que hagas en ese único y efímero instante del día no determina como te irá el resto del año. Cada día uno ve por sí mismo, adapta sus planes o los va creando en el camino (a pesar que a veces procrastinar me lleva de encuentro -esto amerita otro post-).

Lo que sí quiero para éste año sin estrenar que se avecina es aprender a valorar cada instante, sí, más aún que éste año en que aprendí a hacerlo un poco. A pesar de las muchas cosas que me pasaron, sé que es parte de crecer y madurar. Ya lo voy asumiendo así. Me olvidé muchas veces de mí y quiero cambiar eso.

El 2010 es para mí el inicio de una nueva década en la que tendré que afrontar más retos, conocer nuevas cosas, tal vez lugares y gente que no pensé conocer (así como ocurrió con Twitter éste año). En realidad nadie sabe que pasará y, como dice una película, "Lo único que puedes planear es ser sorprendido".

Sólo sé que éste año empezará con dos preguntas importantes para mí, porque al fin y al cabo uno vive con sí mismo toda su vida: ¿Qué mujer soy? ¿En qué mujer me quiero convertir? Ya empecé a ensayar las respuestas. Deseo sorprenderme de mí misma.

Oyendo "El camino" de Nicole

Yo seguiré el camino aunque tropiece y recuerde que te quiero conmigo en realidad

1 comentario:

Carmen María dijo...

Qué lindo post, sereno, sencillo. Me gustane tus preguntas finales, son las mismas que yo me hago, que quiero responderme. Que cada día descubramos un mensaje que nos enriquezca.

Otramaría