miércoles, 30 de diciembre de 2009
Para estrenar cada día
miércoles, 9 de diciembre de 2009
Árboles
A medida que crecimos, las ramas fueron aumentando. Cada rama tenía una experiencia. Cada hoja que brotó, era un recuerdo. Las flores, si las tuvimos por temporadas, momentos especiales que queremos atesorar pero al final sólo queda la rama, la experiencia. Todo ello se nutre del tronco mayor. Ese que somos, ese que se nutrió a su vez de las hojas y ramas
Cada estación (que a veces no son las mismas que las típicas primavera, verano, otoño o invierno) hace que nosotros, el árbol, cambie según la etapa en la que estamos, demostrando así que cada uno tiene su tiempo.
Pasada la "primavera" de la etapa, en que todo floreció y era propicia para guardar muchos recuerdos, llega el "verano", cálido, brillante y dispuesto a llenarnos de energía, pero a veces los recuerdos no sobreviven y caen en "otoño". Luego, el árbol espera a que nazcan nuevas hojas y flores después del "invierno", en la nueva "primavera".
Podemos crecer y renacer muchas veces en la vida según lo que nos ocurra, según la etapa que atravesamos. Incluso a veces necesitamos talar un poco el árbol para realmente lograr un cambio en nosotros. Sin embargo, siempre queda el tronco mayor, ese que hace que no perdamos lo que somos. Nuestra esencia.
Ahora sacudo mi árbol para que los recuerdos de ésta etapa caigan de una vez, o quizá el tiempo se encargue de llevárselos cuando crea conveniente. Veremos que hace el señor tiempo con mis hojas y dónde las lleva.
martes, 17 de noviembre de 2009
Hemos abierto los ojos (010503)
Aún soñolienta, porque era de madrugada, exactamente cinco y media, Sara se dirigió a la ducha en busca de un alivio a sus tribulaciones y la pereza que invadía todo su cuerpo y mente. Entró al baño. Hacía mucho frío, encendió la luz y el radio. ¿Música clásica?, bueno esta pieza de Chopin me agrada, además sólo lo tendré encendido antes de entrar a la ducha. Se desnudó con calma, como siempre hacía las cosas. Colocó su toalla, jabón y bata donde siempre. Se aplicó el gel facial para piel grasa, apagó el radio y se introdujo en la ducha. Se lavó el cabello, largo y ondulado, con el shampoo recomendado por su estilista, lo enjuagó y continuó con el reacondicionador, mientras se lavaba el cuerpo. Pero oyó un ruido, mejor dicho varios ruidos.
Sonidos conocidos, almacenados en su mente, pero que no deberían escucharse a esa hora ni en ese lugar. Gritos, autos encendidos, cláxones, aves. Todos los ruidos posibles mezclados en varios segundos de angustia. Los gritos eran de niños, de adultos de ancianos. Eran de alegría, desesperación y pena. Sara se enjuagó rápidamente el cabello. Cerró la ducha y apagó la terma. Se puso la toalla en el cabello y se vistió con la bata. Salió del baño. ¿Abuela?, llamó. ¿Susana?, dijo mientras tocaba la puerta del cuarto de su hermana mayor. La abrió y no estaba. La cama estaba hecha y todo parecía estar en orden, como si no hubiera estado allí hace mucho tiempo, aunque Sara sabía que su hermana regresaba de trabajar tarde y a veces la veía sólo los fines de semana. Se respiraba un aire frío y húmedo, típico de Lima y ella no lograba comprender. Bajó a buscar a sus padres. Mientras lo hacía, el eco producido por sus pasos que era amplificado por el profundo silencio, la asustaba. Encontró la misma escena del cuarto de su hermana.
Miró a la calle, todo en silencio. Encendió la televisión y esperó. Pasaron diez minutos y el televisor no captaba ningún canal, todos estaban en estática. Sara comenzó a impacientarse, ya eran las seis y media, y tenía que ir a la universidad. Apagó el televisor y encendió el radio. Música, música y más música. Todas las emisoras que lograba captar tocaban música clásica, no había voces ni cantos, sólo música. Llamó al celular de su hermana y éste comenzó a sonar, estaba dentro de la casa.
Comenzó a llamar a sus amigos, a sus tíos, a las radios, las televisoras. Por último cogió la guía de teléfono. Nada. Sólo timbraba hasta que se cortaba la llamada. Tomó una decisión. Buscó una maleta y llenó en ella toda la ropa necesaria para cinco días. Su corazón, exaltado, latía cada vez más fuerte. Abrió la refrigeradora, sacó el jamón y el queso. Buscó panes y se hizo la mayor cantidad de sándwiches que pudo. No demasiados porque podrían pudrirse, pensó. Llenó agua en una botella y leche caliente en un termo. Cogió las llaves y salió de casa sin rumbo fijo, pero decidida a no parar hasta encontrar a otro ser humano.
¿Estoy sola?, pensó Sara, mientras caminaba por una pista larga que la llevaba al centro de la cuidad. Cada cierto tramo, se detenía a tocar la puerta de una de las casas o edificios que veía, pero nadie atendía a su llamado. Según su reloj eran las cuatro de la tarde. La hora de almorzar había pasado, pero no se detuvo. Sacó un pan y lo masticó sin entusiasmo. Continuó su recorrido hasta que se oscureció. Busco una casa que tuviera un jardín grande y en él se recostó. Estaba cansada, había caminado todo el día sin ver a otro ser humano y se sentía muy triste. Con esa tristeza que carcome el corazón, que es tan honda que ni siquiera deseas llorar por el dolor que te produce. Se tendió mirando al cielo. Felizmente en esta época del año no hace tanto frío de noche, dijo, mientras se cubría con la frazada gruesa que llevó por si acaso.
Su sueño fue profundo. Estaba tan cansada que se durmió hasta las diez. Al despertar y ver la hora, se desperezó y comió otro pan, tomó algo de leche y siguió caminando. Prendió su walkman para sentirse acompañada por la música, aunque la clásica no era su favorita, pero al intentar oír los cassettes y cd´s, no escuchó más que ruidos distorsionados y prefirió dejarlos, también porque sus pilas se gastarían de inmediato. Su rostro sin maquillaje era igual de armonioso. Tenía unos ojos místicos, como si hubiera nacido en el Oriente, con pestañas largas y abundantes, pero era limeñísima. Sus labios eran serios pero siempre dispuestos a esbozar una sonrisa.
Delgada, alta y agraciada, Sara era un ángel. Era de esas personas que hacen todo por los demás sin esperar recompensa. Sólo tenía un problema. A veces le daban unos ataques existenciales en los que sentía que en el mundo no era indispensable. Que si desaparecía, no lloraría ni el perico del vecino por su ausencia. Se sentía no querida ni apreciada porque no había quien la abrace ni le diga “te amo”. Ese era su problema, se sentía sola. Y cuando comenzaba ponerse así no había palabra que la animase ni gente que la alegrase. Nada. Era imposible.
Aquel día en que se inició todo, había comenzado a sentirse así y ahora estaba realmente sola. Mientras caminaba sin rumbo claro se preguntaba ¿por qué yo? Así pasaron varios días, ocupándose en unos jardines, durmiendo en otros. Tocando puertas incansablemente, gastando el agua y la leche para beber, sacando el agua de algunas casas con caño hacia afuera para lavarse, porque no soportaba estar sucia. Hasta que se acabó la comida que tenía.
Comenzó a sentirse miserable. Absurda. Tonta. Inexistente, porque si no tenía con quien hablar, ¿para qué vivir?, meditaba. Miró a su alrededor. Nada. Nada. Ni un ser humano, ave, perro o algún ser vivo además de ella. Había llegado a un puente. Se sentó en el borde y lloró. Lloró por horas sin querer detenerse hasta morir seca y sin lágrimas, No sabía exactamente cuanto tiempo había estado sin comer, dos o tres días, cuando despertó.
Le dolía el estómago y se lamentó de no haber muerto dormida, porque ahora tendría que terminar con su vida. Se lavó la cara con los últimos mililitros de agua que logró sacar de un caño de jardín. Se apoyó en la baranda del puente y miró hacia abajo. Vértigo. ¿Arrepentimiento?, nunca. Quiso llorar pero ya no tenía lágrimas, Es mejor, dijo. Apoyada en un poste logró subir y sentarse en la baranda. Cerró los ojos y se encomendó a Dios pidiendo perdón por lo que haría.
Por última vez vio el mundo, pero esta vez notó algo diferente. A lo lejos distinguió una figura que se movía, parecía ser un humano. Despacio, bajó del borde del puente. Dios, estoy alucinando, debe ser el calor. Pero la figura se vislumbraba cada vez más clara y humana. Era un hombre. Sara caminó hacia él hasta que logró distinguir sus rasgos. Era alto, de cabellos negros y con rizos. Ojos enormes y brillantes. Vio en ellos la desolación y el cansancio que debían tener los suyos. Es simpático, pensó, Me parece haberlo visto antes, pero...
Se detuvo. Él la miraba como preguntándose lo mismo. La conozco, pero de dónde y hace cuánto. Sintió un impulso y comenzó a caminar más rápido. Sara hizo lo mismo. Ese caminar se convirtió en trote y luego corrieron ambos. Uno al encuentro del otro, como si un imán fuertísimo los atrajera. Se abrazaron en un sueño eterno. ¿Quién eres?, preguntó Sara. La única respuesta fue un beso. Un beso largo y pausado, el que Sara no deseaba terminar. Él no respondió con un nombre sino que dijo las palabras que Sara siempre deseaba oír, Te amo, dijo con convicción el desconocido y Sara rompió a llorar. Él la besó nuevamente para calmar su llanto.
Mientras lo hacía comenzó a oír ruidos, ruidos que le parecían lejanos y ajenos, pero que estaban produciéndose a unos metros de ellos. Sara abrió los ojos y vio que había gente, tráfico, aves, perros. Todo estaba allí de nuevo. Miró al desconocido y comenzó a reír a carcajadas fuertes y llenas de alegría. La gente que pasaba por el puente la miraba extrañada. Debe estar loca. Le pidió matrimonio. ¿Estará embarazada?, comentaban al pasar. Todo está como antes, dijo Sara al desconocido. Él respondió, Sólo hemos abierto los ojos, estábamos lejos pero nos veíamos en sueños. Ahora que nos encontramos, todo es real y nunca los volveré a cerrar porque no quiero dejar de verte. Si no desaparecían ellos no te hubiese encontrado y ya no estaría aquí, respondió Sara.
Oyendo "Perdonar es divino" de Gustavo Cerati
A mí me es fácil olvidar, tal vez puedas perdonar
jueves, 16 de abril de 2009
Corazón de niña
Uno llega a un punto en la vida que ya no te dejan disfrutar porque se supone que eres "muy grande para hacer esas cosas de mocosos". Te miran raro si sales corriendo a que la lluvia te caiga, si te ríes con toda la fuerza, si te tiras al piso a pintar con las manos, si te gusta ponerte balerinas fuxias o celestes, si te haces dos colas o trenzas con ganchos de colores, si te cantas las canciones pop e infantiles, y un largo etcétera.
En cambio, si te vistes con blusas sobrias y pantalones de paño, si hablas en tono solemne y con palabras rebuscadas, si tienes un trabajo estable y te llevas bien con los jefes siendo eficiente, si te casas y tienes una familia adorable, eres una adulto maduro y emprendedor, digno de imitar y totalmente realizado.
Pero, ¿qué es la madurez? Para muchos es estabilidad, emocional o económica, dependiendo de los valores que primen en su vida. Para mí es conocerse uno mismo, con defectos y virtudes, sabiendo como reaccionarás (o al menos imaginando como) a distintas situaciones. Aceptándote y asumiéndote como persona con todos sus bemoles, porque sabes que puedes trabajar en ello sin desesperarte si ya no lo puedes cambiar.
¿Suena difícil? Sí, y lo es. Llegar a ese punto necesita golpes, alegrías y llantos, pero sobretodo determinación y valor para saber que haces quien eres. Antes yo me complicaba por cosas mínimas, ahora tengo una actitud un poco más tranquila ante las mismas situaciones. Como quien dice "Ya me estoy curtiendo". A veces me dan mis crisis (como les llamo a los momentos en que lo veo todo muy gris), pero he aprendido a superarlos y a dejar que sólo me afecten un día.
Con el tiempo aprendes a distinguir a quien contarle tus asuntos, porque sabes que la otra persona te puede apoyar o al menos hará que esboces una sonrisa que te llevara a otras. Considero que para ser feliz, palabra que va muy unida a mi concepto de madurez, uno debe conservar su corazón de niño. Jugar, gritar, cantar, sonreír, llorar un momento y seguir. Los niños lo ven todo simple porque son inocentes y lo observan desde su pequeña experiencia. Te lo dicen todo de manera sincera, aunque sea parte de su ilusión. Una frase que me agradó mucho es: No dejas de jugar porque te haces viejo, te haces viejo porque dejas de jugar. La tengo como lema. ¡Juega!
¿Tú conservas tu corazón de niño o te has vuelto una dama o señor de hierro? ¿Dejas que lleguen a ti o has puesto una barda que ni tú puedes saltar?
Juégale, apuéstale, ponle fe
Como ser parte de tener corazón de niño es divertirse, les dejo a uno de mis niños favoritos (junto con Mafalda, Enriqueta y Timmy Turner): Shin Chan ¡que no se calla nada!
Oyendo "Fluorescent adolescent" de Arctic Monkeys
martes, 14 de abril de 2009
El poema perdido
Vida mano
Mi vida es pequeña
pues entra en mi mano
ella tiene el poder
ya no soy yo
Miro el vacío a veces
mis oídos se llenan de agua
de indiferencia sutil
ese es el mundo
Los pequeños segundos de mi pequeña vida
no son brillantes ni memorables
son decadentes
inexistentes
Mi vida es tonta
tan prescindible
mi mano poderosa
debe acabarla
Sad
tán frágil como yo
miércoles, 8 de abril de 2009
Ojalá pudiera huír
Oyendo "No puedo estar" de Mariel
Puedo mostrar el lado divertido o salir del paso bailando rápido si se pone aburrido
domingo, 29 de marzo de 2009
Cuando lo "normal" no es precisamente lo que quiero
Pero si descubres tu poder interior, aprendes a estar contigo...
Oyendo "Shut up and let me go" de The Tin Tings
sábado, 7 de marzo de 2009
Descubrimientos: Nena Daconte
Lo que me ha gustado más aún son las letras: Frescas, directas y con mucha verdad. Hablan de relaciones de pareja, de la soledad y la juventud. Me han encantado tanto que me bajé ya casi todos sus temas de los dos discos que tienen: He perdido mis zapatos (2006) y Retales de Carnaval (2008), de donde saco la canción que les dejo por ahora:
martes, 24 de febrero de 2009
Reactualización 2
Dejé los post antiguos porque me parece más honesto conmigo misma. Me recuerdan como pensaba hace unos meses y me ayudan a darme cuenta que he crecido, que he cambiado.
Agregué los poemas que escribí hace algunos años. Pronto haré lo propio con los cuentos. Este proceso demora pues no puedo copiarlos desde Word y los debo tipear. Reitero, son un recordatorio de como no deseo volver a ser.
Veré que más se me ocurre y me ocurre. Espero no abandonarlo muy rápido o al menos por mucho tiempo. ¡Aquí voy!
Y en el 2006
Soy una pluma blanca
sin libre albedrío
¿sabías que las plumas lloran?
hoy caí en un charco
Ahora mis días son grises
me adapto a no sonreír
y aunque era parte mía
el capítulo parece extraño
Estoy en el fondo del mar
tan hondo que no me veo
la cresta de la ola está lejos
la sangre, ésta vez, no iluminará mi día
No ser, no vida
Hoy es el último día de mi vida
la vacuidad llenó mi interior.
La sal escuece más que nunca la herida diabética
y mis ojos, secos de llorar, se rehúsan a abrirse a la pesadilla
Recostada en mi cama pienso, cansada de pensar, que esto no es vida.
Cada mañana le cuesta más a mi cuerpo dejar ésta levedad que aborrece.
El no ser, el sólo no ser, sin embargo sigo siendo
y, aunque mis ojos se abran, ya no estoy en ellos.
Cada suspiro es una señal que nadie quiere percibir.
Cada mirada al vacío es una invitación al no estar.
Cuando desaparezca, toda mi no vida comprobará
lo prescindible que es.
Panacea
No estoy aquí.
Tú sonríes,
yo no encuentro mi sonrisa.
Tú lloras,
yo estoy hastiada de llorar.
No estoy porque no me piensas.
No estoy, no soy.
Vacío, vacío.
Si esto es vivir,
yo estoy muerta
¿o estoy dormida?
Despiértame cuando encuentre la cura
que hoy no puedo ser.
Hoy no soy.
Nunca fui.
Nunca seré.
Cansancio, monotonía.
Without motivation.
Nada,
nada,
nada...
A
Tengo miedo
a respirar
a ahogarme
a la soledad
a la compañía vacía
a morir sin amor
a morir de amor
al fuego
al frío invernal
a que me olvides
a que sólo recuerdes mis defectos
a que no me mires
a que no me hables
a desvanecerme
a existir sin ser
a ser prescindible
a que me conozcas de verdad
a que sepas mis mentiras
a no ver los ojos de mis hijos
a no verme en mis ojos
a llorar en vano
a reír por compromiso
a no encontrarte
a no encontrarnos
a la felicidad perfecta
a mis impulsos
a mis golpes
a mis crisis
a desaparecer
a vivir...
Escape
Pica como araña
cuélgame de la viga
empújame del techo
arranca mi piel
clávame el puñal
presiona el gatillo
echa el veneno
déjame en la pista
corta mi muñeca
enciende el fuego
abre el gas
estrella el auto
húndeme en la piscina
sofócame con la almohada
rompe mi cuello
abandóname en el bosque
naufraga el bote
sólo ayúdame a escapar
Necesidad
Te necesito
aunque no me prestes atención
aunque no me mires a los ojos
aunque no recuerdes lo que te digo
aunque no me abraces
aunque no me tomes de la mano
aunque no entiendas mi tristeza
aunque no entiendas los mensajes
aunque no me beses
Necesito
que respiremos el mismo aire
que me mires de otra forma
que me engrías
que me digas que soy bonita
que me digas que existo
que me digas que eres verdad y tu voz también
que tus silencios me lo digan sin decir
que me necesites
Sad
Quedarme así... despabilada,
descosida
es mi gran sueño.
Paralizarme, dormir.
Hace tanto que no me sentía así
que ya había olvidado como es.
Un minuto... sólo uno
eterno
es mi mayor deseo.
Detenerme siempre.
Sabía que todo esto no me llevaría a nada
pero soy tan estúpidamente ilusa.
No existo... para ti
para nadie
I'm deeply sad
¿Cómo me detengo?
Es tan horrible toda esta desesperanza.
Ya me cansé de sonreír hipócrita.
Dormir... eso sería bueno
nadie notaría
mi ausencia
creo que ni yo
2
Mi faz es suave
pero no quieres tocarla
mis ojos son profundos
pero no quieres mirarlos
mis manos son delicadas
pero no las quieres tomar
Van varios días perdidos
tanto tiempo esperando
que te enteres que existo
que tu voz es anodina
que me mires fijo a los ojos
No quiero perder más segundos
dejar de ver tus palabras
desconocer más de tus momentos
cesar de oírte en el viento
sólo quiero perderme en tus versos
En el 2005 volvió la inspiración
sábado, 21 de febrero de 2009
Los años poco productivos (2001-2003)
Discutir
a donde van las palabras
cuando distorsionas tu voz.
Repetir
discursos preparados
para un amor civilizado.
Alguien lloró del otro lado del mundo.
Alguien apoya mi opinión.
Revelar
el secreto, sonrisas
víctimas del amor.
Tomar
la curva en declive
con calma.
Alguien votó una lagrima que rodó.
Alguien soltó el grito mudo del amor.
Guardar
palabras negras
para días negros.
Buscar
una soga
para ahorcar mi soledad.
Imaginar
que nadie llorará jamás.
Idealizar
que no me atormentas más, jamás.
Quien
¿Quién me aniquilará?
¿quién me acabará?
Quien sino yo
que tengo la fuerza.
Quien sino yo
que tengo el deseo.
¿Quién me salvará?
¿Quién me ayudará
a no hundirme?
¿Quién vendrá a reconstruirme?
Los cajones
El cuerpo son tres cajones.
El cajón de arriba
esconde pensamientos e irrealidades
cobija mentes brillantes y sueños dormidos
protege entes perdidos y contrariedades
En el centro existe
un desborde de pasiones. mecanismos chilindrosos
y un pequeño cajón rojo que esconde un tesoro
sin valor ni fama y sólo conocido
cuando tiene una voz revoloteando en él
El cajón de abajo
no expulsa palabras
no piensa ni razona
sólo sostiene el mundo
que se encierra en tu persona
Cuadro
Un gran cuadro constituye
mi mente asolapada
Es una noche estrellada
una casa y un gran campo
como un cuadro de Dalí
Las estrellas y la Luna
coronan mis pensamientos.
La casa, con luz brillante,
opaca mis sentimientos.
El gran campo idealizado
aquello que yo no soy.
La noche tiene mis sueños.
La casa mis recuerdos.
El campo oculta mis miedos.
Ese cuadro bizarro no soy yo,
es mi mundo.
Tumiyá
Tu nombre brilla entre mis labios
mis manos aprietan tu corazón entre ellas
Ya no vienes, ya no me buscas.
Siempre a ojos cerrados te busco
Tu mano quema entre mis trenzas
mi mente se apoya, cavilante, en tu hombro
Un sueño triste, desdentado
con ojos fojos a tu iris, te miro
Tu boca se cierra clausurando la mía
mi faro suelta una gota de sal, la ve caer
Ya no me mires ni me busques
mis labios se abren y no puedo evitar
que mi confesión escape susurrando
viernes, 13 de febrero de 2009
Líneas perdidas del año 2000
Te quería soledad
pero ahora no te entiendo
Estas allí, sin hablar
pero oigo tus murmullos
Golpean mis ventanas
queriendo entrar de nuevo
Ahora tengo un escudo
ahora no hay murmullos...
tormentos, dolores
Tu sombra me acompaña
pero tras de mí no la veo
el escudo me protege
el escudo tiene un nombre...
de fe, de hombre
Yo te quise soledad
no te siento, mas te veo
intentando nuevamente
entrar en mí.
Tu en mí
Tu voz estaba mezclada con muchas otras
mas yo he logrado separarla y ponerla en mí.
Antes de ti no veía.
Antes de ti no soñaba.
Ahora sueño más que nunca y más que nadie.
Tus palabras son gotas de ánimo
en un vaso ahora repleto.
Son cristales que reflejan mi vida.
Son olas que llegan a mi orilla.
y, cobardes, no desean volver al mar
Pon algo más de ti en mí
y borrarás mi soledad.
Dame tus suspiros.
Dame tus respiros
que no volverás a ser el mismo sin mí en ti
¿Dónde?
Hoy es hoy
y como siempre no estoy aquí
¿Dónde estará mi cuerpo vacío?
¿donde estará mi pensamiento necio
y mis pasos perdidos?
Tal vez sobre una nube escarlata y azul
en la bóveda etérea
tal vez en una roca blanca, salada y diáfana
en el lado sin limites
Tal vez estoy sólo en ti
tan deletéreo y mustio
Tal vez sólo en ti
tan menguado y zafio
Hoy es hoy
y como siempre no estás aquí
¿Dónde estará tu mente abstrusa?
¿dónde estará tu caminar pausado?
Tal vez junto a mí
Diles
Dile al Sol que no salga
pues sus rayos derretirían
el amor que queda en mí
¡es tan poco!
Dile a la Luna que me energize
para sobrevivir a tu lado
con tu espíritu áptero
que jamas llegara al cielo.
Dile al agua que limpie mi vacuidad
interior sin fe, sin aire
interior de argento
por mi excesivo panfilismo
Dile al aire que venga
para limpiar mis venas
de tu amor misógino
¡era tanto!
Suposiciones
Tal vez mi alma se rompa
con la sola caída de tu aliento en mí
Un roce tuyo
puede congelar mi corazón
cubrirlo de una coraza irrompible
de plata y piedra
Tal vez mis pies se rompan
con tus fríos pensamientos lejos de mí
Una mirada tuya
puede arrojar mi mente al vacío
en un campo de rosas carmesí,
de girasoles de oro y tierra
Tal vez la vida no quiera
que la pasemos juntos entera.
Quisiera morir
Quisiera saber que se siente morir
Pero antes de saberlo
quisiera que al caminar por el bosque
las hadas no volteen a verme extrañadas
Quisiera respirar
un aire virginal
de besos de coral
Quisiera saber que se siente ser
Pero antes de saberlo
quisiera mirar hacia atras por mil años
y ver las huellas que no dejé
Quisiera sentir
más palomas en mis manos
realizar las verdades que proclamo
Quisiera morir pero antes ser